VISITA A PORTILLO
El pasado viernes, 22 de marzo, los sextos fuimos a Portillo. Tras hacer tres grupos comenzamos el recorrido, en el patio de armas, con una explicación sobre el castillo: que era de los siglos XIV y XV, que había tenido muchos dueños , que la fila de bolardos de hierro exteriores marcaba dónde iba el foso de 3 m. de profundidad...Continuamos para dar la vuelta interna a la fortaleza, viendo la mazmorra de los no nobles ( “ahí te pudras”), salidas discretas al exterior, las aberturas para disparar por ellas, distintos tipos de arcos ( ojivales, conopiales ) , marcas de canteros en las piedras...
La segunda parte fue bajar los 32 metros del pozo mediante 123 peldaños por una escalera de caracol. Tras subir vimos la prisión de los nobles ( allí estuvo incluso el propio rey Juan II y su valido D. Álvaro de Luna ) en la parte baja de la torre del homenaje, donde había una exposición de maquetas de armamento medieval. A continuación subimos a la torre también por una escalera de caracol. Desde allí se podían apreciar diferentes pueblos, incluso los pisos de Torrelago. Bajamos a comer el almuerzo en el patio. En éste había un panel con información de Pío del Río Hortega ( 1882-1945) famoso médico e investigador ( fue propuesto dos veces al Premio Nobel de Medicina ) nacido en el pueblo, anterior propietario del castillo, que después donó a la Universidad de Valladolid.
En el fondo del pozo había pintadas y junto a algunas marcas de canteros en la torre se veían grabados varios corazones.
La segunda parte fue visitar la parte baja del pueblo , Arrabal. Comenzamos viendo “ El Obrador del Alfarero” donde el dueño nos mostró en directo su trabajo artesanal: hucha, botijo, jarra y maceta. Nos encantaba ver cómo la arcilla, de estar aplastada a golpes, subía como por arte de magia , tomando la forma deseada. Luego nos enseñó el horno que funcionaba a gas natural ( antes lo hacía con hojarasca de pino – tamuja o borrajo -) que pasaba de mil grados y tenía que estar varias horas encendido.
Para terminar fuimos a ver la Confitería Garrote. Allí Carlos nos enseñó cómo daba el baño a los famosos mantecados ( él con un cuchillo, otros con pincel ), dejando su característico surco, a los que había que meter tres veces al horno. Dio a probar un amarguillo, que algunos no comieron. Nos comentó que su hermano Julio se había jubilado, que él lo haría pronto y que nadie quería seguir con el negocio. Después pudimos comprar sus productos.
De aquí al autobús. Ya en el Colegio nos dieron una pieza de cerámica y una muestra de dulces. Nos lo pasamos genial y además el tiempo fue bueno.