LA INVENCIÓN DEL BOLÍGRAFO
Este instrumento de uso cotidiano de millones de personas, por ejemplo en los colegios, sigue teniendo importancia a pesar de los nuevos avances tecnológicos. Debemos su creación al múltiple inventor ( llegó a patentar 32 inventos ) y periodista húngaro Ladislao José Biro, que por ser judío huyó de su país escapando de la persecución nazi, instalándose en Argentina.
Cuando trabajaba de periodista la pluma se le atascaba, se manchaba las manos de tinta. Para su invento parece ser que se inspiró en los mecanismos de las rotativas de los periódicos; otros dicen que la idea final la tuvo después de ver jugar a unos niños a la pelota y ésta atravesar un charco y dejar una línea uniforme de agua.
Introdujo una pequeña bola en un tubo con tinta que al rodar dejaba un fino trazo en el papel, secándose rápidamente. Ayudado por su hermano, químico, y un socio patentó su invento en 1938. Poco a poco el bolígrafo se fue perfeccionando y abaratando pues los primeros ejemplares eran muy caros.
En Argentina celebran el Día del inventor, 29 de septiembre, fecha de su cumpleaños.