La consejera de Educación, Rocío Lucas, destacó este miércoles en Valladolid que los 92 profesores honoríficos, 33 más que en el curso pasado, son un «enriquecimiento importante» para el sistema educativo de Castilla y León. No en vano, señaló que son docentes que ya se han jubilado pero que, gracias a su vocación, desean aportar su experiencia. De ahí el acto de homenaje y visibilidad que organizó esta mañana la Junta, con la entrega de diplomas y charlas y ponencias en la sede de la Consejería, para mostrar el «agradecimiento» y «reconocimiento» a estos profesionales.
Lucas reconoció, según recoge la Agencia Ical, que el proyecto, que se puso en marcha en el curso 2017-2018, es «muy demandado» y tiene una «gran aceptación» por parte de los centros. De ahí que lo considerara como «trascendental». Aseguró que la Junta da mucha importancia a la innovación en el ámbito educativo pero es una firme defensora de «lo bueno» como los docentes que son, a la postre, los que más aportan al sistema educativo.
Dos de los docentes honoríficos que recibió el homenaje fueron Eva Álvarez, que colabora con el Centro de Formación del Profesorado (CFIE) de Valladolid, y Goyi Antón, que está en el IES Alonso Berruguete de Palencia, quienes apuntaron que han decidido continuar vinculadas a la educación por su vocación a la profesión. Ambas coincidieron en destacar el «valor añadido» y la importancia de hablar del talento senior así como su aprovechamiento en el ámbito educativo.
Álvarez valoró que la administración educativa permita que los docentes jubilados puedan continuar «un poco más de tiempo» con el trabajo que han realizado «toda su vida», como es su caso. «La jubilación puede ser una parada que te permite más tiempo pero también para dedicarte «a lo que te gusta». Ella está en la parte de la convocatoria abierta y colabora con los centros del profesorado para la asignatura de francés, centrado en la pedagogía, por que siempre ha tenido interés por la formación.
Foto de la familia de los profesores honoríficos, este miércoles en Valladolid. Rubén Cacho/Ical
Goyi Antón, presente en la convocatoria cerrada, continúa vinculada al instituto donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional. Fue una de las impulsoras de la implantación del Bachillerato de Investigación y Excelencia en el centro. «El año que me jubilé tenía alumnos a los que había dado clase y deseaba acudir para ver cómo se desarrollaban los proyectos. Me hablaron de esta modalidad y este curso me apunté», manifestó. Añadió que la buena relación con los compañeros de departamento también ha ayudado para seguir vinculada al instituto. Su vinculación se limita a la labor de acompañamiento, tanto de profesores como de alumnos, a la universidad y las empresas, además de participar en la participación de los proyectos.
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