1856. MOTÍN DEL PAN EN VALLADOLID
Las revueltas debidas a la escasez de alimentos básicos, como el pan, se han repetido en varias ocasiones. Ésta, del 22-23 de junio de 1856, destaca por su virulencia pues se saldó con más de una veintena de ajusticiados y varias decenas de condenados que acabaron sus días en prisión.
Desastres naturales ( inundación de la ciudad el año anterior, epidemia de cólera, regulares cosechas), medidas fiscales del Gobierno de Espartero, fuerte exportación de cereales a países de luchaban en la Guerra de Crimea, hacen que los precios del grano se disparen y ocasionen motines por esta crisis de subsistencias que afectaron particularmente a los grupos sociales más bajos.
Alborotos, considerados antecedentes por estas causas, ocurrieron días antes en poblaciones como Astorga y Benavente. Todo comenzó con una disputa entre una clienta y una panadera por el aumento del precio del pan. Las protestas se extendieron con episodios de violencia callejera, agresiones y saqueos de algunas casas de empresarios acusados de especuladores e incendio de fábricas de harinas y almacenes de grano. El motín , que duró escasas cinco horas, se reprime duramente tras proclamarse el estado de guerra.
No sólo la capital se sufrió alteraciones; por la tarde y al día siguiente también se vieron afectadas por los disturbios Medina de Rioseco y Palencia, al ser localidades relacionadas con las dársenas del Canal de Castilla por donde circulaba el grano. En días posteriores la ira se extendió por varios pueblos vallisoletanos.
Fuentes:
Textos: Internet y varios trabajos de autores como Germán Rueda o José Daniel Reboredo.
Imagen de fábricas harineras junto al Canal de Castilla y canasta con panes: Internet.
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